Tengo múltiples publicaciones que he compartido aquí en este blog. ¡Pasó prácticamente un año! La mayor parte de ellos se centran en ocupaciones y manualidades inspiradas en Montessori que hice con mi hija, Annie.
En el momento en que hacemos estas ocupaciones, ella está muy apacible, pacífica, ocupada y curiosa. Me chifla que explores novedosas ideas.
Le chifla contribuir a mi marido con la cocina y las tareas del hogar. A ella le agrada leer juntos a lo largo de los instantes de nuestra historia a lo largo del día. Corre, trepa y brinca en el patio de recreo o juega en el gimnasio. La sostenemos ocupada con el trabajo por el hecho de que es muy activa y enérgica.
Hay tranquilidad y calma en el momento en que ella está activamente implicada en una actividad … bueno, relajado como puede serlo un niño de tres años.
No obstante, en el momento en que no nos encontramos participando activamente en una actividad, ella se encuentra dentro de las pequeñas de tres años mucho más animadas y también profundas con instantes tontos (y hábitos bien difíciles) sin frenos.
Estoy en el hogar con Annie, la única hija, todo el día y la noche. En ocasiones combato y necesito asistencia. Debo evaluar algo nuevo.
Comencé a rememorar mis días como profesora Montessori y me preguntaba «¿qué hicimos para contribuir a comunicar la tranquilidad y la paz?»
El sala es un ambiente diferente puesto que las activas de conjunto no son iguales. Pero recordé una lección de Educación para la paz, la luz del amor, que creí que podría evaluar con Annie en el hogar.
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Fuente: brightlittleowl.com