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Las pedagogías activas no son el futuro, son el presente

Últimamente escuchamos hablar de pedagogías activas muy a menudo. Cada vez más escuelas, más centros educativos se empapan de estas metodologías que, aunque parezcan novedosas, llevan ya un tiempo entre nosotros.

Pero, ¿en qué consisten exactamente? Pues bien, son procesos que colocan al niño en el centro del aprendizaje. El respeto a sus ritmos, a sus intereses, a su participación como un agente activo y a su experimentación son fundamentales en este tipo de pedagogías. No se trata, por tanto, de volcar los conocimientos del docente sobre su alumno, como se ha venido haciendo en la educación tradicional, sino que es el niño el que, mediante su experiencia vivencial, su propia reflexión y su propia exploración, adquiere autonomía, confianza y, por tanto, habilidades y competencias necesarias como el pensamiento crítico, el trabajo cooperativo, la imaginación, la resolución de problemas o la creatividad, además de herramientas emocionales y sociales útiles para su desarrollo como ser social que es (empatía, comunicación...). En definitiva, el niño aprende a ser y se convierte en todo aquello que puede llegar a ser, y nuestra labor como padres, madres y maestros es dejarle ser y acompañarle en este camino.

¿Y qué tipo de pedagogías activas existen? Seguro que a todos nos suenan: 

1- Montessori 

Basada en el trabajo de María Montessori es, quizá, la más conocida. Mediante la observación al niño y la creación de un entorno ordenado, preparado y favorable con los materiales necesarios, esta pedagogía deja libertad al niño para que sea él mismo quien adquiera autonomía, capacidad de decisión y responsabilidad y, al mismo tiempo, se autocorrija. El maestro es, simplemente, un acompañante. Se trabaja en distintos ámbitos interrelacionados: vida práctica, matemáticas, lenguaje...

2-Waldorf 

Esta pedagogía hace hincapié en el aprendizaje integral a través de la naturaleza, el juego libre, la creatividad, el arte, el movimiento y la experiencia vivencial, siempre desde el interés del niño y potenciando su individualidad, pero al mismo tiempo el desarrollo colaborativo.

3-Reggio Emilia 

El trabajo colaborativo y el interés del niño son dos de los pilares sobre los que se asienta esta metodología, junto con el ambiente que favorezca la exploración y la comunicación, y sin dejar a un lado la escucha activa.

4-Pickler

La libertad de movimiento y la no intervención directa del adulto hacen de esta pedagogía una de las más conocidas en cuanto a pedagogías activas. Emmie Pickler es su artífice y una de sus máximas es dejar explorar al niño para que experimente por sí mismo.

No son las únicas. Existen más metodologías activas, aunque estas son las más valoradas por la mayoría de padres, madres y docentes.

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